El concepto “protección superficial del hormigón” se puede considerar reciente ya que el uso masivo del hormigón armado fue tras el cambio de acero liso por acero corrugado. Ese, a priori, pequeño cambio datado aproximadamente en los años 50 del pasado siglo XX disparó las prestaciones de este material artificial tan noble. Relativamente fácil de ejecutar, ajustable a cualquier geometría, sumamente lógico reparto de tareas ante las acciones (hormigón a compresión y acero a flexión) y tan equilibrado que de su trabajo en equipo se minimizan los puntos débiles de cada uno de los componentes. La humilde corruga del consiguió que la adherencia entre hormigón y acero se disparase sus prestaciones, facilitase su cálculo y fuese asumido en el mercado como la solución estructural número uno.
A finales les del siglo XX se puedo observar que ese idilio entre acero y hormigón tenía puntos débiles y, a base de estudiar las patologías, apareció el concepto “durabilidad”. Se pudo constatar que no era suficiente la basicidad del cemento para proteger las armaduras durante la vida útil del edificio por lo que, en sucesivas reformas del paquete normativo, se tomaron decisiones más allá de las prestaciones mecánicas. Se aumentó el recubrimiento mínimo y la cantidad mínima de cemento por m3 de hormigón y se actuó sobre la dispersión en los resultados de las probetas. Todo ello encaminado a maximizar la protección natural que el hormigón ejerce sobre el acero y alargar a toda la vida útil del edificio la adherencia hormigón-acero base de todo el cálculo estructural.
Llegados a este punto, y con nuevos conocimientos acumulados, se entendió que no era suficiente descargar en la basicidad el cemento la gran responsabilidad de proteger el acero del ataque de diversos agentes. La UNE EN 1504 en su apartado 2 vino a decirnos que la capilaridad de los hormigones es una autopista para la degradación del hormigón y la corrosión del acero. La protección superficial del hormigón con el concepto DURABILIDAD a la cabeza es una de las prestaciones más importantes de las membranas cementosas y, a la vez, de las más desconocidas.
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